Discurso inaugural de Rosa Casado en la primera exposición de Luminosas

 

Queremos hacer visible el potencial de cada una de estas personas, dicen las autoras. El potencial, la luz de estas personas, ¿todas las personas tienen luz? ¿la misma? Ellas dicen Sus miradas, tan distintas, arrojan la luz que buscamos reflejar. Distintas, pero arrojan luz.

¿Qué hace que como mujeres tengan más probabilidades de que esa luz sea atenuada o incluso apagada? ¿Quién le corta esas alas luminosas? ¿Qué ocurre para que sus sueños se vean empañados? ¿Qué hace que quienes brillen sean los hombres? ¿Qué causa que este cuerpo luminoso sea susceptible de pertenecer a alguien más que ellas mismas? ¿Cómo llegamos a las desigualdades?

Podríamos hablar horas sobre el origen de las desigualdades, el patriarcado, el capitalismo, sobre lo bueno de las diferencias que se convierten en desigualdades perversas cuando las pasamos por las relaciones de poder…, hay libros y libros, artículos y artículos, escritos miles sobre esto y, de los que tenemos que aprender y reflexionar. Pero la comprensión de las desigualdades y, lo que es más, su transformación, va más allá. Porque la construcción de las desigualdades, la construcción de la identidad de mujeres y hombres, de andaluzas y catalanas, de poetas y médicos, es cultural y nos construimos no solo con lo que nos dicen, sino con lo que sentimos, lo aprehendemos con el cuerpo: a través de nuestros sentidos se graban en él los mensajes y valores, y nos conforman. Así que, no podemos avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria si no lo hacemos deconstruyéndola con los mismos instrumentos que se construye: con las emociones, con los sentidos, también con la palabra. Sin embargo, además de usar la palabra, los discursos, tenemos que mover emociones, tenemos que sentir en nuestro cuerpo la desigualdad, el maltrato, darnos cuenta de que esto no es lo que queremos, tomar conciencia y entonces comienza el cambio.

Y esto es, no solo lo que pretende, sino lo que consigue Luminosas. Nos incita a mover emociones, a abrir los sentidos para sentir, sentir la luz de estas niñas-mujeres para tocar la luz que brilla en cada una de nosotras, en cada uno de nosotros y así poder brillar cada cual a su manera, pero en igualdad de condiciones y derechos. Y el proyecto no acaba aquí, nos invitan a brillas juntas niñas, adolescentes, jóvenes, adultas, mayores… porque es importante mirarnos todas, reconocer nuestras luces y las de las otras para ir construyendo esa genealogía tan necesaria de mujeres luminosas. ¡Promete!

Y nos invitan desde lo bello, desde lo positivo. Muchas veces, desde nuestra tradición judeo-cristiana tenemos interiorizado que cualquier causa por justa que sea, cualquier lucha o transformación por necesaria que se considere, ha de ir acompañada de sufrimiento. Sin embargo, conectar con el placer, con la belleza puede ser el más rico de los caminos para acercarnos al valor perseguido, en este caso la igualdad y la justicia social. Otra cosa es que sepamos hacerlo… no nos han educado para esto…

Sin embargo, Ana y Rocío, Rocío y Ana lo han conseguido: a través de imágenes y poemas bellísimos nos hacen conectar con esa luz que todas las personas llevamos dentro. Y, para mí esto es posible, además de su capacidad artística, a partir de esa relación tan especial que tienen y transmiten, ¿no trasluce cada obra su cariño? ¿no sentís la sororidad con la que crecen como fotógrafa y poeta? Volvemos a las emociones y sentimientos…

Os animo a abrir los sentidos, a dejar sentir qué emociones os provocan imágenes y palabras, cómo os resuenan,… y mirar hacia dentro ¿qué tiene que ver esto que estoy sintiendo con mi vida? ¿cómo brillo yo? ¿dejo mostrar mi luz? Si brillamos cada cual diferente, pero juntos y juntas, alumbraremos como una antorcha gigante en igualdad.

 

Rosa Casado Mejía, Directora de la Unidad para la Igualdad de la Universidad de Sevilla.
Tomares, 17 de enero de 2020